Fuerte

Defiendan el fuerte, pues Yo vengo

La siguiente exhortación para los padres es que deben vigilar, pues, el apóstol dice: “Y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos.” Oh, valientes padres, mantengan la vigilancia y la posición defensiva. Me asombra mucho que los miembros de las iglesias estén de acuerdo en la elección de ministros que no tienen una sana fe, es más, que no parecieran tener ninguna fe del todo. ¿Cómo es que puede suceder esto? Solíamos tener en nuestras iglesias bautistas hombres sustanciales que antes hubieran tolerado a Satanás a su propia mesa que a un predicar errado en el púlpito.

Solía haber un grupo en el norte de Escocia llamado “los hombres.” Vamos, si la herejía hubiere sido predicada ante ellos, habrían sido tan provocados como lo fue Janet Geddes cuando arrojó su bajo taburete a la cabeza del predicador. Ellos no habrían tolerado estas modernas herejías como lo está haciendo la presente generación afeminada.

Los nuevos teólogos pueden tener la libertad de predicar lo que les plazca en su propio territorio, mas no en nuestros púlpitos. ¡Ay!, los miembros líderes de muchas iglesias son cristianos sin una espina dorsal, maleables, esponjosos; yo los llamaría ‘caracoles,’ sólo que no tienen la consistencia de la concha del caracol. Están dispuestos a tragarse cualquier cosa mortal si el predicador parece talentoso y elocuente. El talento y la elocuencia, ¡fuera con ellos para siempre! Si no es la verdad de Dios, entre más talentosa y elocuentemente se predica, más condenable es.

Hemos de recibir la verdad y sólo la verdad, y yo exhorto a los padres en Cristo a lo largo de toda Inglaterra y América que se preocupen por esto. Suban a su atalaya y guarden su rebaño, para que las ovejas no sean destruidas mientras se encuentran durmiendo.

Por último, es un deber de los padres prepararse para la venida del Señor. Cuán hermosamente está expresado en el versículo veintiocho:

Permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

Eso está dirigido a todos ustedes, pues todos ustedes son hijitos, pero les incumbe especialmente a quienes son padres. ¡Despierten todas sus facultades! Velen para la venida del Señor, y mantengan sus lomos bien ceñidos.

Jesús podría venir hoy; este domingo pudiera ser el último domingo de esta dispensación; sin embargo, pudiera ser que no viniera en los próximos diez mil años, quién sabe; por lo tanto, no se cansen aunque esperen a través de una larga noche. No digan que Él demora Su venida, pues regresará en el día establecido.

Sólo debemos conservar lo que hemos recibido, y quedarnos esperando el clamor de medianoche; Él vendrá, y no tardará; por tanto, salgan a recibirle—

“Defiendan el fuerte, pues Yo vengo,
Jesús nos indica todavía;
Envíen la señal de la respuesta al cielo,
‘Con Tu gracia lo haremos.’”

Amén.